viernes, 23 de mayo de 2014

Justas medievales

Para el primer diorama “en solitario”, elegimos la representación de un clásico torneo medieval.

Fue unos de los ocho dioramas que se montaron en la Feria del Coleccionismo de Valladolid, celebrada en noviembre de 2013.

Montaje e imágenes generales

Con una medida de 4 metros cuadrados (2x2) lo componían alrededor de 300 personajes y más de 1000 piezas de todo tipo.

Para montarlo contamos con la inestimable ayuda de Javi y Lucía, a los que agradecemos desde aquí su participación. 

Muestra un día de fiesta en el pueblo y el castillo, pues se han acercado hasta allí caballeros de todas las comarcas para disputarse el ansiado título.

El castillo

Para que los visitantes pudieran ver el interior se optó por construir “medio” castillo, dejando abierta la parte trasera de la muralla.

Se puede observar el ambiente en el patio de armas y los establos, la actividad en la herrería, a la guardia haciendo la ronda por las murallas e incluso a dos niños emulando, con espadas de madera, las luchas de sus ídolos.

Mientras, en la torre del homenaje, iluminada para poder apreciar hasta el más mínimo detalle, los sirvientes se afanan en tenerlo todo listo para el gran banquete que se dará en honor del vencedor.

La iglesia

Como festivo que es, la iglesia situada junto a la entrada del castillo está abarrotada de fieles.

Un fraile toca la campana ante la atenta mirada del fantasma de la fortaleza al que posiblemente haya despertado.

Y mientras el obispo pronuncia su sesudo sermón, alguno está pensando más en la fiesta del exterior y no se esfuerza en ocultar su disgusto.

El torneo

Las justas han empezado y los caballeros ya están luchando ante la atenta mirada de los reyes, los nobles y el enfervorizado público.

Mientras, el juez no pierde de vista a los contendientes aunque mira de soslayo al cofre que custodia pues… ¡contiene el premio para el ganador!

Los palcos están llenos de “vips” y no faltan las damiselas con sus pañuelos en busca de un caballero que las despose.

En los alrededores se ha levantado un campamento para que los caballeros se vistan cómodamente ayudados por sus escuderos y puedan entrenarse mientras les llega el turno.

También se ha organizado un torneo de tiro con arco, aunque cuando uno de los participantes es tuerto no es muy extraño que ocurran percances.

Tampoco se libran los Playmobil de las actividades “ilícitas” como este soldado que amparado por el gentío paga por sus servicios a una joven o esta malvada reina que ofrece una manzana roja con pocas garantías sanitarias a una chica “blanca como la nieve”.

El mercado

Toda villa medieval que se precie tiene que celebrar mercados y ferias y la nuestra no es una excepción.

En la plaza del pueblo los comerciantes han instalado sus tenderetes, el mesonero ha sacado sus mesas y los artistas pululan por doquier.

Pero ¡cuidado!… También hay algún malote dispuesto a robarle las joyas a alguna rica heredera.

Y nadie mejor para cualquier evento que los chicos de Original Event, amigos y patrocinadores del diorama, que estuvieron presentes con sus deliciosos cupcakes y galletas artesanas.

La tele

No hay mayor acontecimiento deportivo que la final de la “Justa Champions League” y por ello no puede faltar una completa retransmisión televisiva.

Cámaras fijas, equipos de audio, comentaristas y, por supuesto y a pie de pista, nuestra “Sara Carbonero del Medievo” entrevistando a los protagonistas.

Este pequeño anacronismo era un guiño al tema de la Feria del Coleccionismo de 2013, que estaba dedicada a la televisión.

Las cámaras son modernas pero todos los personajes son medievales y nos les falta un buen puñal por si hay que hacer algún ajuste delicado en los equipos.

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